«La genial idea de mi suegra: Nosotros le damos nuestros ahorros, y ella transfiere el piso a nombre de nuestra hija»: No viviré allí para siempre
Amo mi trabajo tanto como lo amo, el conteo regresivo hasta el final de mi baja por maternidad comenzó en el momento en que me despedí de él, llena de deseo de volver a mis responsabilidades, pero sin idea de cómo cuidar de nuestro pequeño tesoro, Jazmín. Esperaba que pudiéramos retrasar su entrada al jardín de infancia hasta los tres años y medio, lo que llevó a mi esposo, Miguel, y a mí a considerar la posibilidad de contratar una niñera. Una opción costosa, pero luego llegó una propuesta inesperada de mi suegra, Elena.