Abrió su cartera y deslizó discretamente 300 euros en el sobre: «Querida tía Lilia, olvidamos enviar nuestros deseos»
No, esto no es solo otra historia de discordia familiar o cumpleaños olvidados. Pero como el tiempo demostrará, no habíamos tenido la oportunidad de entendernos realmente. Es una historia de conexiones perdidas y los silenciosos arrepentimientos que perduran en la historia de una familia.