Dilemas de la vida real: «Abuelas cerca, pero pago a una niñera»
Necesito hablar con alguien porque estoy abrumada de emociones. Mi marido, Gabriel, y yo tenemos ambos 23 años. Nos conocimos en la universidad y hemos estado juntos desde entonces.
Necesito hablar con alguien porque estoy abrumada de emociones. Mi marido, Gabriel, y yo tenemos ambos 23 años. Nos conocimos en la universidad y hemos estado juntos desde entonces.
Zoe sabía lo que le esperaba en casa: un esposo descontento, Sergio, y sus constantes quejas sobre sus fallos como esposa y madre. Sergio se ocupaba de sus hijos solo un día a la semana, o incluso menos. Los miércoles, Zoe empezaba a trabajar a las 7 AM, dejando las tareas matutinas a Sergio. Sus tareas eran simples: despertar a los niños, darles el desayuno y llevarlos al colegio.