Una noche, en una espléndida fiesta organizada por uno de los colegas de Juan, Lucas, el recién llegado a Arboleda del Sauce, hizo un comentario que más tarde perseguiría a Linda. «Debes agradecerle a Juan por lo fantástica que te ves, Linda. Realmente es mérito suyo, ¿verdad?» dijo, reflejando la opinión que inspiró esta historia. La habitación se rió, pero la sonrisa de Linda se quebró. Fue un momento de revelación para ella, dándose cuenta de cómo el mundo la veía – no como un individuo, sino como un accesorio de su esposo
Cuando una mujer casada, independientemente de su edad, mantiene una apariencia impecable, a menudo se atribuye erróneamente al esfuerzo de su esposo. Esta historia aborda la realidad de Linda, cuya perfección exterior enmascara sus luchas personales y la falta de apoyo real por parte de su esposo, Juan. Es una historia que desafía la percepción social y destaca la importancia de reconocer los esfuerzos individuales.