Historias Reales: «No me gusta fregar los platos, pero Sofía estaba enganchada a su serie y el fregadero rebosaba, así que me puse manos a la obra»
Viviendo a solo una manzana de mi amigo, decidí pasar a visitarlo sin avisar. Sofía, su esposa, me recibió en la puerta con un suspiro, «Guillermo está en la cocina». Allí lo encontré, fregando una montaña de platos, cada uno lavado con un cuidado inesperado.