Cuando la ayuda a la familia supera el límite: Una historia de precaución
En una fría noche de invierno, mi prima, Carmen, llegó golpeando a mi puerta, con los ojos llenos de desesperación. Su marido había perdido el trabajo, y estaban a punto de perder su casa. Sin dudarlo, les abrí la puerta de mi hogar, creyendo en el vínculo que compartíamos. Poco sabía que este gesto de bondad llevaría a una serie de eventos que pondrían nuestra relación al límite.