«Volver a Casa con Luis: Por Qué Mi Hija No Podía Aceptar Mi Felicidad»
A los 57 años, pensé que finalmente había encontrado mi «felices para siempre» con Luis. Teníamos una casa preciosa, una relación sólida e incluso algunos ahorros. Pero por alguna razón, mi hija Noemí no podía compartir mi alegría. ¿Por qué tenía que ser tan difícil encontrar la paz?