«Acoger a la Abuela: El Ultimátum de Sergio para su Propio Beneficio»
Sergio decidió que, de una forma u otra, la propiedad de su abuela acabaría en sus manos. Insiste en que la acojamos y liberemos su espacio vital. Pero no puedo aceptar esto.
Sergio decidió que, de una forma u otra, la propiedad de su abuela acabaría en sus manos. Insiste en que la acojamos y liberemos su espacio vital. Pero no puedo aceptar esto.
Cuando transferí la casa a mi nieta, mi hija dejó de visitarme. Muchos ancianos han enfrentado situaciones similares de una forma u otra. Soy una mujer de 76 años que acaba de darse cuenta de que mi hija es egoísta. Tengo dos hijos, un hijo de 46 años y una hija de 40.
Neveah había sido viuda durante más de una década. Vivía en un pequeño pueblo. La mujer tenía un apartamento de un dormitorio que ella y su esposo compraron cuando él aún estaba vivo. Ahora, su nieta Gianna está instando a sus padres a comprarle a Neveah un nuevo apartamento de un dormitorio para mejorar sus condiciones de vida.
Luisa no es una anciana malhumorada, y me considero una persona compasiva y comprensiva. Pero cuidar de ella se está volviendo cada vez más difícil. A los 94 años, Luisa sufrió una caída hace dos años, lo que resultó en una fractura por compresión vertebral. Después de meses en cama, comenzó a caminar de nuevo, pero los desafíos del cuidado están pasando factura. Esta es mi historia de lucha y las emociones complejas que acompañan el cuidado de un ser querido mayor.
La forma en que mi madre, Victoria, ve la vida siempre me ha sorprendido. Cree que, independientemente de nuestros conflictos pasados, nuestra relación es ahora neutral. Como persona mayor, insiste en que es nuestro deber ayudarla, a pesar de nunca haberse disculpado por sus palabras duras en el pasado. Nunca logramos llevarnos bien porque ella nunca me quiso de verdad.