Para Escapar de mi Suegra, Cambié las Cerraduras Cuando Ella No Estaba
Criada por un devoto padre soltero, Marcos, crecí apreciando la simplicidad y el amor que nuestra pequeña familia ofrecía. Viviendo en una casa modesta, no teníamos mucho, pero Marcos siempre se aseguraba de que yo, Magdalena, nunca sintiera la falta de nada. A los 20 años, me casé con Antonio y me mudé a la ciudad, esperando un nuevo comienzo. Pero cuando la madre de Antonio, Alicia, se mudó con nosotros, nuestra tranquila vida se puso patas arriba, llevándome a una decisión desesperada que cambiaría todo.