«La Esposa de Mi Hijo es un Verdadero Problema: Le Hace Hacer Todas las Tareas»

  • Hola, Nora. ¿Cómo te va? ¿Alguna novedad?

  • Hola, Valentina. Todo bien. Los niños vinieron para las fiestas, y los nietos… Fueron tan dulces. Trajeron comida, todos se reunieron, cocinaron, pusieron la mesa… y nadie se cansó, todos lo pasaron genial.

  • Tuviste suerte con tu nuera. Mi hijo terminó con una esposa que es un verdadero problema.

  • ¿Por qué? Pensé que…

  • Hola, Valentina. Todo bien. Los niños vinieron para las fiestas, y los nietos… Fueron tan dulces. Trajeron comida, todos se reunieron, cocinaron, pusieron la mesa… y nadie se cansó, todos lo pasaron genial.

  • Tuviste suerte con tu nuera. Mi hijo terminó con una esposa que es un verdadero problema.

  • ¿Por qué? Pensé que…

Nora suspiró profundamente, sus ojos reflejando una mezcla de frustración y preocupación. «Yo también lo pensé, Valentina. Pero las cosas han cambiado.»

Valentina se inclinó más cerca, su curiosidad despertada. «¿Qué pasó?»

«Bueno,» comenzó Nora, «Joshua se casó con Naomi hace unos dos años. Al principio, todo parecía perfecto. Ella era encantadora, inteligente y parecía preocuparse mucho por Joshua. Pero con el tiempo, empecé a notar algunas señales preocupantes.»

Valentina asintió con simpatía. «¿Como qué?»

«Naomi tiene una manera de hacer que Joshua haga todo en la casa,» explicó Nora. «Es como si ella pensara que está por encima de hacer cualquier tarea. Joshua trabaja largas horas en su trabajo, pero cuando llega a casa, se espera que cocine, limpie, haga la colada—todo.»

Los ojos de Valentina se abrieron de par en par con incredulidad. «¡Eso es terrible! ¿No hace ella nada?»

«No mucho,» respondió Nora tristemente. «Pasa la mayor parte del tiempo en las redes sociales o saliendo con sus amigas. Y si Joshua alguna vez se queja o pide ayuda, ella se pone a la defensiva y lo acusa de no apreciarla.»

«Eso es horrible,» dijo Valentina, sacudiendo la cabeza. «¿Cómo lo maneja Joshua?»

Nora suspiró de nuevo. «Está tratando de mantener la paz. Ama a Naomi y quiere que el matrimonio funcione, pero puedo ver que le está pasando factura. Siempre está cansado y estresado.»

Valentina extendió la mano y apretó la de Nora. «Siento mucho escuchar eso. ¿Has hablado con él sobre esto?»

«Lo he hecho,» admitió Nora. «Pero él simplemente lo minimiza y dice que está bien. Creo que tiene miedo de causar más conflictos.»

«Eso es muy difícil,» dijo Valentina suavemente. «Ojalá hubiera algo que pudiéramos hacer para ayudar.»

«Lo sé,» coincidió Nora. «Solo espero que las cosas mejoren antes de que sea demasiado tarde.»

Mientras las dos amigas continuaban su conversación, Nora no podía evitar sentir una profunda preocupación por su hijo. Sabía que el matrimonio nunca era fácil, pero no podía dejar de sentir que Joshua merecía algo mejor que esto.

Más tarde esa noche, mientras Nora estaba sola en su sala de estar, pensó en los días en que Joshua era solo un niño pequeño. Siempre había sido tan bondadoso y trabajador, siempre dispuesto a ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. Le rompía el corazón verlo siendo aprovechado por alguien que se suponía debía ser su compañera.

Decidió que hablaría con Joshua nuevamente, esta vez con más firmeza. Necesitaba que él entendiera que merecía respeto y apoyo en su matrimonio, no solo tareas interminables y estrés.

Al día siguiente, Nora invitó a Joshua a tomar un café. Mientras estaban juntos en la acogedora cocina, tomó una respiración profunda y comenzó.

«Joshua,» dijo suavemente, «necesito hablar contigo sobre algo importante.»

Él la miró con preocupación en sus ojos. «¿Qué pasa, mamá?»

«He notado lo mucho que has estado trabajando últimamente,» comenzó ella. «Y puedo ver que estás exhausto. Sé que amas a Naomi, pero no puedes seguir haciendo todo tú solo.»

Joshua suspiró profundamente y miró sus manos. «Lo sé, mamá. Es solo… complicado.»

«Lo entiendo,» dijo Nora suavemente. «Pero mereces ser tratado con respeto y amabilidad. No puedes seguir sacrificando tu bienestar por mantener la paz.»

Joshua asintió lentamente, lágrimas llenando sus ojos. «Tienes razón, mamá. Solo que no sé qué hacer.»

«Lo resolveremos juntos,» prometió Nora, extendiendo la mano para sostener la suya. «No estás solo en esto.»

Mientras estaban juntos en la cálida cocina, Nora sintió un rayo de esperanza de que tal vez, solo tal vez, las cosas podrían mejorar para su hijo.