«El rigor de Abuelo Pepe: Una semana de lecciones para nietos quejicas»
Mi prima Lucía solía visitarnos, así que el aburrimiento nunca era un problema. Siendo de la misma edad, siempre encontrábamos aventuras en las que embarcarnos. El abuelo Pepe era estricto, y cuando la abuela Victoria regresó, encontró un hogar muy diferente a lo que esperaba.