El intento de Adrián por reavivar el amor con un regalo extraordinario termina en una decepción inesperada
Tras jubilarse a los sesenta y cinco años, Rocío se encontró echando de menos el bullicio de la vida laboral. Inicialmente, disfrutó de su nueva libertad, dedicándose a sus aficiones y pasando tiempo con sus nietos. Sin embargo, la novedad comenzó a desvanecerse, llevándola a aceptar un trabajo a tiempo parcial en una biblioteca local. Su esposo, Adrián, notando su insatisfacción, decidió sorprenderla con un regalo único con la esperanza de reavivar la conexión entre ellos. Pero no todas las historias tienen finales felices.