«Herencia Inesperada: Suegra y Cuñada Planifican Tras la Venta»
Sin abrir los ojos, Marta se sentó en la cama y se quedó dormitando cinco minutos más. Eso era todo, el tiempo se había acabado. Se quitó la manta de encima y se levantó. Era un día laborable más, similar a los interminables días anteriores.