A los 57 años, pensé que finalmente había encontrado mi «felices para siempre» con Luis. Teníamos una casa preciosa, una relación sólida e incluso algunos ahorros. Pero por alguna razón, mi hija Noemí no podía compartir mi alegría. ¿Por qué tenía que ser tan difícil encontrar la paz?
Mi madre, Carolina, no sabe disfrutar de la vida. Siempre enfocada en el futuro, ahorra cada céntimo y vive lo más modestamente posible, lo que conduce a la insatisfacción. Incluso cose sus propios calcetines. Esta historia explora la dinámica entre Carolina y sus hijos, Lucas y Ana, mientras intentan encontrar un equilibrio entre el ahorro y la búsqueda de la felicidad.
Juan, a sus sesenta años, se encuentra en una encrucijada vital. Casado con Laura, de cincuenta y siete años, y con su hijo Diego viviendo en otra comunidad autónoma, Juan siente una separación que ha ido creciendo con los años. Un sentimiento inesperado hacia su vecina, Bárbara, le hace cuestionar su matrimonio y considerar el divorcio. Esta delicada situación, llena de confusión y búsqueda de felicidad, lleva a Juan por un camino imprevisto.
Muchos hombres han abandonado a sus familias en busca de la felicidad, solo para lamentar su decisión más tarde. Una vida tranquila y ordenada no siempre se traduce en algo mejor en las nuevas relaciones. Justino se encontró anhelando la simplicidad y el calor de su pasado después de dejar a su sencilla esposa, Ana, por la aparente perfección de Victoria. Ahora, con una esposa sofisticada a su lado, Justino descubre que extraña la comida casera y el cuidado auténtico que una vez consideró una certeza.
